La traducción jurídica es una de las especialidades más complejas y delicadas del mundo de la traducción. Un simple error puede tener consecuencias devastadoras, desde invalidar un contrato hasta provocar costosos litigios. Como traductora jurídica con más de 10 años de experiencia, he observado patrones recurrentes de errores que pueden y deben evitarse.
¿Por qué la traducción legal es tan compleja?
El derecho es intrínsecamente cultural. Cada sistema jurídico ha evolucionado dentro de un contexto histórico, social y cultural específico. Cuando traducimos un documento legal, no solo transferimos palabras de un idioma a otro, sino que navegamos entre sistemas jurídicos que pueden ser fundamentalmente diferentes.
Los 7 errores más frecuentes
1. Traducción literal de términos jurídicos
El error más común es la traducción palabra por palabra de conceptos legales que no tienen equivalencia directa entre sistemas jurídicos.
Término original (EN) | Traducción incorrecta | Traducción correcta |
---|---|---|
Common law | Ley común | Derecho anglosajón / Sistema de common law |
Trust | Confianza | Fideicomiso / Trust (con explicación) |
Consideration | Consideración | Contraprestación |
2. Ignorar las diferencias entre sistemas jurídicos
Muchos traductores cometen el error de asumir que conceptos similares en diferentes sistemas jurídicos son idénticos. Por ejemplo, el concepto de "bankruptcy" en Estados Unidos no es exactamente igual al "concurso de acreedores" en España.
3. Inconsistencia terminológica
La consistencia es crucial en traducción jurídica. Si decidimos traducir "plaintiff" como "demandante" al principio del documento, debemos mantener esta traducción a lo largo de todo el texto.
4. Malinterpretación de "falsos amigos" jurídicos
Algunos términos parecen similares pero tienen significados completamente diferentes:
- "Actual damages" no significa "daños actuales" sino "daños efectivos"
- "Eventually" en contexto legal significa "finalmente", no "eventualmente"
- "Compromise" en derecho se refiere a "transacción", no a "compromiso"
5. Descuidar el registro y estilo jurídico
Los documentos legales tienen un registro formal específico que debe mantenerse en la traducción. No podemos traducir un contrato con lenguaje coloquial ni un documento informal con lenguaje arcaico.
6. Errores en fechas, cifras y referencias
Los errores en datos objetivos son inexcusables y pueden tener consecuencias graves:
- Confundir formatos de fecha (12/03/2024 vs 03/12/2024)
- Errores en cantidades monetarias
- Referencias incorrectas a leyes o códigos
- Números de artículos o secciones equivocados
7. No investigar la legislación aplicable
Cada documento legal se rige por una legislación específica. Es fundamental investigar y comprender el marco legal aplicable antes de comenzar la traducción.
Mejores prácticas para evitar errores
1. Investigación previa exhaustiva
- Identificar el tipo de documento y su propósito
- Investigar la legislación aplicable en ambos países
- Crear un glosario específico para el proyecto
- Consultar precedentes y traducciones similares
2. Uso de recursos especializados
- Black's Law Dictionary (inglés)
- Diccionario del Español Jurídico (RAE)
- Base de datos IATE de la UE
- Jurisprudencia comparada
- Consultas con abogados especialistas
3. Estrategias de traducción específicas
- Equivalencia funcional: Buscar el término que cumple la misma función legal
- Préstamo + explicación: Mantener el término original y añadir una explicación
- Paráfrasis descriptiva: Explicar el concepto cuando no existe equivalencia
- Notas del traductor: Aclarar diferencias importantes entre sistemas
4. Control de calidad riguroso
Todo documento legal debe pasar por múltiples revisiones:
- Revisión terminológica con glosarios especializados
- Verificación de datos objetivos (fechas, cifras, referencias)
- Revisión por segundo traductor jurídico
- Revisión final por abogado cuando sea posible
Herramientas tecnológicas de apoyo
Las herramientas TAO (Traducción Asistida por Ordenador) son especialmente útiles en traducción jurídica:
- Memorias de traducción: Garantizan consistencia terminológica
- Bases terminológicas: Almacenan glosarios especializados
- Herramientas de QA: Detectan inconsistencias y errores
- Software de comparación: Verifican correspondencia entre original y traducción
La importancia de la especialización
La traducción jurídica requiere:
- Formación específica en derecho comparado
- Experiencia en el tipo específico de documento
- Conocimiento actualizado de ambos sistemas jurídicos
- Red de contactos profesionales (abogados, otros traductores)
- Formación continua en cambios legislativos
Conclusión
La traducción jurídica no admite improvisación. Cada palabra, cada término, cada construcción sintáctica puede tener implicaciones legales significativas. Los errores que hemos analizado son perfectamente evitables con la formación adecuada, los recursos apropiados y un enfoque metodológico riguroso.
En PuenteIdiomas, nuestro equipo de traductores jurídicos cuenta con formación especializada y años de experiencia en diferentes ramas del derecho. Porque en traducción legal, la precisión no es solo una meta, es una responsabilidad profesional ineludible.